Aún seguía estando sentada sobre el borde de la cama y con la cabeza en alto, mirando sin cesar la ennegrecida moldura parcialmente desgastada por los extremos. Entre sus manos descansaba una copa de cristal, en cuyo interior el líquido oscilaba de un lado para otro...
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El espejo
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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