Olvide que te había olvidado, porque si a mi memoria te traía de vuelta no podría poner fin a esas lágrimas que un día, por temor a perderlas, no te dediqué cuando más las merecías. Descuidé por completo el más importante recuerdo que de ti tengo cuando tu fría mano, pálida, pequeña y de un color blanco roto, corrió mecida entre el primaveral viento siendo sujetada por mis gruesos y callosos dedos.
Lectura completa en:
Poemas de Akasha Valentine
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.