Decoremos la habitación con el negro manto de la noche, para después presionar con suavidad y a veces con dureza el lecho donde apoyaremos nuestros cuerpos. Acortemos la distancias con las caricias previas a los besos, para después poder llenar así nuestras bocas de exclamaciones y suspiros...
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TANTO QUE DECIR
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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