La última línea del antepenúltimo párrafo logré dejar transcrita en aquel café simpático, caliente y limpio, donde los soñadores sin tiempo para soñar se reunían en torno a la barra, y yo aún con mi propia mente ocupada hice lo oportuno imitando al gentío y colgué mi vieja gabardina a secar en la percha, pues la incesante lluvia caía exclusivamente en torno al ecléctico edificio regalaba a los bucólicos poetas las últimas pinceladas para embellecer sus poemas...
Lectura completa en:
Soñadores sin tiempo para soñar
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario