Las diminutas botas de color amarillo chillón de Sammy le permitían hundir sus pequeños pies en el agua sin llegar a mojarse. Le resultó muy divertido poder volver a jugar con la lluvia después de tanto tiempo. Mamá le miraba desde el otro de la ventana, parecía estar demasiado ocupada para salir a jugar con él, pero mientras ella terminaba de recoger los vasos del desayuno, él podría entretenerse con aquel gigantesco charco que a sus ojos era tan grande como el lago que había visto meses atrás...
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¿Quién se lo ha llevado?
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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