¡Ey, viejo amigo! El tiempo de los hombres siempre llega a su final, aunque me gustaría que no fuese así, pues aquí estamos todos juntos en tu funeral en torno a ti mientras tú, callado y silencioso, descansas ahora sobre un lecho de flores frescas que dentro de unos meses se irán marchitando como las líneas que en tu rostro formadas me gustaba contemplar cuando al pie de la mesa me acompañabas y entre risas y alegrías me decías que hoy es un día que no debemos olvidar.
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La muerte hoy te llora, viejo amigo
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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