Apoyando el hombro sin llegar a dejarlo descansar en el filo de la ventana, permití que mi cabeza quedase inclinada hacia delante, al mismo tiempo en el que mis cabellos ya se habían sumido a la voluntad de la fría brisa de aquel otoño al atardecer. Con los últimos rayos del sol poniente desplegados ordenadamente en el cielo...
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Dejé de verte
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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