Fotografía: Sam Salt.
Bastet alcanzó el estatus de divinidad sagrada por ser hija del dios Re, deidad que no puede ni debe quedar desamparada ni desprotegida en ningún momento, pues sin él la vida no puede continuar. Por tanto, Bastet queda sumida en la doble moralidad de proteger a su progenitor nutriéndolo constantemente de energía para ayudar a regenerarse, y a su vez es obligada a alejarse de su padre para expandir la luz sobre la tierra hasta los más remotos confines con el único fin aplastar a las tinieblas.
Lectura completa en:
Bastet. La deidad protectora del hogar en el Egipto Antiguo.
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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