Al principio fue su brazo derecho lo que le cortó el paso, un instante después su cuerpo ya estaba encima del suyo y apenas le había dejado el espacio suficiente como para poder esquivar sus besos y rechazar sus caricias. Fueron sus dedos los que se abrieron paso a través de la ropa que estaba fuera de lugar, y en el corto espacio que dura un pestañeo sus yemas ya le habían alcanzado y podía sentirlas en las zonas más erógenas de su piel...
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¿QUÉ SOY PARA TI?
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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