lunes, 9 de junio de 2014

Cartas a mi ciudad de Nashville: Recuerdos imborrables en tu piel.


Oímos una voz que interrumpió nuestros sofocados besos. Un tono chirriante y gargajoso que a mis oídos llegó como el peor ruido que jamás había logrado oír en toda mi vida, y al separar nuestras bocas éstas quedaron unidas durante un breve fragmento de segundo por un hilo de saliva, que cayó sobre nuestros labios separándonos de manera repentina, un gesto que a mi cuerpo desagradó por completo, pues sólo habíamos empezado a calentar motores, y mi verga ansiosa de ser saciada por el cuerpo de una mujer pedía a gritos la atención de sus húmedos y carnosos labios. Y dado que en mi vocabulario no existía la palabra rogar quedé apartado de ella para darle el espacio que me pedía sin palabras y que bien entendí y comprendí que necesitaba. Pero fue una molestia absoluta para ambas partes dejar al aire correr libremente entre nuestros cuerpos, porque yo no quería que ella se fuese de mi lado, y a mi dama le irritó la idea de no saber qué había debajo de aquella tela vaquera que cubría mi piel y que a sus ojos tanto interés suscitaba.

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CARTAS A MI CIUDAD DE NASHVILLE

Un saludo.

Akasha Valentine Escritora y Poeta.

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