Al pie del mar que lo cobijó, flores le llevé yo
al fabricante de emociones, al poeta de los infinitos versos
que aún después de su muerte siguen conmoviéndonos.
Allí, donde ya nadie le escucha, yo fui a hablar con él,
para pedirle permiso para utilizar sus obras en mi nombre...
Lectura completa en:
El fabricante de emociones
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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