Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas.
Eso fue lo que debí decirte, pero ya era tarde para entonces,
pues las perchas bailaban vacías dentro de los armarios,
y tus últimas palabras aún seguían colgadas como cuadros
en esta estancia deshabitada donde tu nombre ya no recordaba...
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Debí decirte.
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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