- Venga...- Añadió extendiendo su mano a la altura de los ojos de Don Quijote. - Deje que le ayude a levantarse.
- Tranquilo. - Explicó de inmediato. - No sera necesario porque yo mismo puedo hacerlo.
Y con la torpeza que le caracterizaba se tambaleó de un lado hacia otro hasta que por fin pudo ponerse en pie por sí solo...
Lectura completa en:
Locura
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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