Intentó concentrarse en el sonido que emitía el agua de la bañera al ser llenada. E incluso añadió sales aromáticas para que el suave olor a vainilla le ayudase a relajar la tensión de sus músculos. La idea de tomar un baño después de haberse despertado de aquel mal sueño debería de ayudarla a pensar con claridad, tal vez así se olvidase de una vez por todas de ese miedo irracional a los espejos...
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La medicación correcta
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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