Tras mi último chequeo médico mi vida cambió drásticamente. El médico de cabecera que me había atendido meneó en diversas ocasiones su grueso cuello, zarandeándolo de un lado para otro y golpeando sin cesar la punta del bolígrafo sobre unos datos en negrita, que posteriormente pasó a explicarme:
- Debe usted dejar las grasas. - Me dijo...
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Nada de buenos consejos
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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