Al verla desnuda ante él se quedó sin aliento y el pincel cargado de pintura golpeó la paleta y rebotó contra el suelo produciendo un sonido seco que no fue capaz de traerle de vuelta a la realidad. La abrasó con la mirada y aunque ni tan siquiera sabía su nombre caminó hasta ella como si volara...
Lectura completa en:
LA MUSA DEL PINTOR
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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