- Nunca es tarde. - Y sus ojos no le volvieron la mirada. - Aunque puede que para ti ya lo sea.
Sus palabras le pusieron furioso, y se sentía humillado y asqueado porque en el fondo sabía que ella llevaba razón.
Era irracional cogerla del brazo, tirar de él, a pesar de la expresión de dolor que ella mostró en su rostro. Su mano en su cara, su lengua en su boca, y el sabor de sus labios en su piel le nublaron la visión.
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NUNCA ES TARDE
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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