Me detuve. Y al alzar la mirada observé cómo la majestuosa arquitectura victoriana de la casa me contemplaba con sus sus grandes ventanales de color blanco inmaculado, como si de enormes ojos se tratasen. Y desde el tejado hasta la puerta había una larga diferencia de metros que ofrecía una altura considerablemente alarmante. Y con mi diminuta estatura sostuve entre mis anchas manos las gruesas llaves de mi nueva propiedad...
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La casa de la avenida Brownty
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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