Todo había comenzado con una taza de café en un cafetería de Madrid cuyo nombre no recuerdo y cuya calle no sé donde está. Pero ahora sé que nada ocurre por casualidad: ya sea el destino, una señal divina, o una simple coincidencia, algo dentro de mí me impulsó a entrar en aquel espacio, a sentarme en aquella impecable silla metálica, y a depositar todos mis pensamientos en una vieja hoja de papel de un desgastado cuaderno que por azar llevaba conmigo encima aquel extraño día en el que tuve consciencia de mi otro “yo”, es decir, de mi propio álter ego.
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EL DIARIO DE UNA MENTE ATORMENTADA
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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