La pesada aldaba, que sujeta al portón parecía inamovible, sonó y resonó, hasta que los propietarios de la vivienda se percataron de que alguien estaba llamando a su puerta. Enrojecidas sus mejillas y con un sombrero opulento de Papá Noel el propietario de la residencia miró a través de la mirilla y la copa le bailó en la mano debido a la fuerte impresión que se había llevado...
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Preguntan por ti
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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