Brotó de la frente de su piel una gota líquida, translúcida, asociada al frenético miedo que le producía la idea de tener que atravesar su propia carne para poder extraer las astillas de madera que se le habían quedado clavadas en las articulaciones. No podía hacerlo, no por sí mismo, así que buscó a Hana para que le ayudara.
Lectura completa en:
Astillas bajo la piel.
Un saludo.
Akasha Valentine. Escritora, articulista y poeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario