Despiértame despacio, muy despacio, e ilumina mi alma con el brillo de tus ojos, sosteniendo tu mirada contra mi mirada, mientras esperamos que las palabras no irrumpan nuestras bocas, pues para decir algo inoportuno prefiero que no digan nada. Y quédate junto a mí, apoyando el peso de tu cuerpo sobre mi cuerpo, pues hay tanto que recordar que ya empiezo a extrañar los recuerdos que por descuido de mi memoria ya he empezado a olvidar...
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Sueños fugaces
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora, articulista y poeta.
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