No sé cuando la besé, sólo sé que cuando cerré los ojos sus labios ya estaban junto a los míos. No sé en qué momento tomé la iniciativa de inclinar su cadera, de ladear su cabeza y llevarla contra mis brazos, lo único que sé es que deseé con todas mis fuerzas poder sostenerla entre ellos durante los infinitos segundos que forman las horas...
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El tiempo que no deseé perder
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora, articulista y poeta.
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