Podía verlo todo sin llegar a ser vista. Ver como mamá se agachaba para darle un beso y observar como papá le arropaba y le deseaba un feliz sueño. Pero sobre todo podía verla a ella, ya que al fin y al cabo era su objetivo aquella noche. Los pasos de los padres alejándose fueron la señal que estaba esperando...
Lectura completa en:
Los monstruos de Jacqueline.
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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