Con la boca seca, el aliento entrecortado y los pulmones casi sin oxígeno, la mente de Wendy se llenó de extraños pensamientos, provocando que el ritmo de su corazón se acelerase. No podía creerse que la siguiese a tan corta distancia, ni tan siquiera había logrado darle esquinazo en las últimas calles y el bosque era poco frondoso debido a las obras que se estaban realizando en él para mejorar las instalaciones...
Lectura completa en:
EL MONSTRUO DE LA OSCURIDAD
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario