La asfixiante idea de ser dirigido por los adultos le causó enorme pesar, de ahí que Edward se aventurase a escapar de su casa a media noche a pesar de su corta edad. Sus diminutos bolsillos no eran lo suficientemente espaciosos como para cobijar a sus manos del intenso frío, y resguardarse de la lluvia a media noche tampoco era la mejor idea, puesto que el único lugar que encontró llamó la atención de varios hombres de edad avanzada cuyo aspecto demacrado y rostros lascivos no le dieron buena espina, así que huyó tan deprisa de aquel escondite como lo había hecho horas antes de su casa cuando su padre le había indicado cuál sería su futuro en la sociedad sin tener en cuenta sus propios proyectos, sueños y expectativas...
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EL TRANVÍA DE LA MEDIANOCHE
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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