Se escapó por la ventana de su habitación, descendiendo a través del frondoso árbol. A pesar de que le habían advertido de que bajo ningún concepto podía ir a aquella fiesta de universitarios, ella se negó a aceptar quedarse en casa mientras todas sus amigas se lo pasaban en grande. Tener quince años era una edad difícil, ya que no era una niña y tampoco una mujer
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La fiesta
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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