Él la empujó suavemente contra la pared, donde el arco de columna le sirvió para apoyar los brazos de su amante. Besó sus senos y se alimentó del manjar de sus rosados pezones, y al descender por sus caderas su aroma afrutado le incitó a pasar su lengua intentando averiguar si sabría igual o mejor de como olía. Fue ahí cuando ella exclamó su nombre y cerró los ojos, y grito por él.
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EL MICRORRELATO DEL DÍA: QUIERO TODO DE TI
Un saludo.
Akasha Valentine. Escritora y poeta.
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