Tenía el pelo empapado por el sudor de su frente, la camisa pegada contra su cuerpo y las mangas remangadas. Exhalaba el aliento con dificultad, y a pesar de que las piernas y los brazos le dolían una barbaridad, fue él único miembro del interior de la casa en tener la suficiente fuerza todavía para poder llegar al recibidor y abrir la puerta.
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EL EXTRAÑO CASO DE ALESSIA FONTAINE
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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