Rutinariamente me tomaba el té de las 17:00 junto a la ventana, meciendo con las puntas de mis dedos la cucharilla mientras el aromático olor del té ascendía en el aire. Incluso cuando dejaba de remover el humeante líquido movía con las yemas de mis dedos la fina tela de la cortina...
Lectura completa en:
La carta de la señorita Annick Loustrom.
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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