Recuerdo
que ya desde niña nunca me gustó aquella casa. Mi padre siempre
ignoraba mis quejas y mi madre mis súplicas de mudarnos a un lugar
menos aterrador, así que cuando entré en la edad adulta y heredé
aquella siniestra vivienda decidí poner fin de una vez a mis temores
y abrir una a una cada pared de la casa para ver qué había en su
interior.
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Un saludo.
Akasha Valentine. Escritora y poeta.
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