Su mano quedó tendida en el aire, sumida entre la duda y la incertidumbre, en un gesto que resultó ser descorazonador para ambos, pues yo jamás he influenciado a nadie en la toma de decisiones, ni para bien ni para mal, simplemente me mantengo apartado, esperando pacientemente a que cada uno elija su propio camino. Así vivo mi presente, y nunca me veo obligado a rememorar en mi cabeza el pasado imaginado que hubiese sucedido si mi decisión hubiese sido contraria a la que en aquel momento decidí tomar.
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CARTAS A MI CIUDAD DE NASHVILLE
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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