Contempló desde una distancia prudencial cómo aquella fascinante criatura conocida por el nombre de Phaenicia sericata se alimentaba velozmente del cadáver en descomposición que tenía delante de sus ojos. La profunda herida infligida en el pecho de la víctima le ayudó a hacerse una idea del arma empleada para su ejecución...
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La mosca verde
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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