Sus manos desnudas sostenían el periódico, y con sus ojos ocupados en los titulares se detuvo a leer las primeras líneas. El sonido de unas pisadas a su espalda le hizo ladear ligeramente la cabeza, sin prestar demasiada atención a los detalles salvo por una excepción: ambos vestían la misma gabardina. Tuvo un extraño presentimiento...
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El crimen de la medianoche
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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