Vi como de los ojos de mi madre brotaban lágrimas sin cesar, y sus bonitos iris azules quedaban ahogados por el rojizo tono de la desesperación y la tristeza. Sus mejillas dejaron de tener color, su sonrisa desapareció al instante y no había palabra que le diera consuelo alguno. Mi padre, por su parte, comenzó a desaparecer de casa de manera continuada...
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El sueño de la pequeña Shally.
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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