Solía pasarme las horas pegadas delante del viejo televisor en blanco y negro en el salón de casa de mis padres viendo a la figuras del celuloide de la época interpretar a gángsters y policías del lado de la ley dando caza a estos criminales. Fingía ser esa clase de detective al que nada puede parar, porque de alguna manera la placa que lleva le vuelve invulnerable...
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La vida que no se elige
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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