- Elizabeth.
Fue al oír su nombre cuando su cabeza se volvió para mirar por encima del hombro el vacío pasillo, insegura de si realmente alguien la había llamado o sólo lo estaba imaginando.
Volvió la vista hacia el frente y siguió adelante, hasta que se detuvo y sintió un ligero tirón en su vestido plisado blanco de enfermera. Miro hacia abajo, y no vio a nadie, por lo que siguió caminando.
Lectura completa en:
El juego de los niños locos.
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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