Los ojos se le cerraban, las nauseas vivían siempre pegadas a su garganta y aún así, por mucho que se esforzara en conciliar el sueño, no podía o no se veía capaz de lograrlo. El silencio era molesto, el ruido tedioso, y sin embargo, esas no eran las razones por la que vivía exiliado del mundo de los sueños...
Lectura completa en:
El fantasma errante de Evelyn Nhristhem.
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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