Los dos amigos se aventuraron para descubrir aquella casa señorial de principios del siglo XVIII. Había tal grado de silencio que comenzaron a sentirse incómodos, por lo que deslizaron sus deportivas con frenesí entre las viejas baldosas. La escalinata comunicaba el piso superior con el inferior y estaba parcialmente derruida. Pero esto no les detuvo. Se miraron a los ojos y no lo dudaron, así que continuaron investigando...
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Retratos borrosos.
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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