Posó su mano sobre la puerta de madera con suavidad y la movió con lentitud. A pesar de su enorme esfuerzo por evitar emitir sonido alguno, el chirrido reverberó en la casa del guardia del cementerio. El corazón no le pudo latir más deprisa, y sin embargo tuvo que esforzarse por no darse la vuelta y salir de allí corriendo...
Lectura completa en:
El cadáver de la novia.
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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