Sharon ya no estaba. Su pequeña mano ya no sostenía sus dedos y su verborrea no colapsaba su cerebro. Siendo consciente de que había perdido a su hija de cinco años, la buscó sin descanso por el recién inaugurado centro comercial, y dado su interés por ciertos objetos ascendió y descendió las escaleras de los diferentes pisos intentando dar con ella. No hubo suerte. Intentó encontrarla en sus escondites más comunes: los probadores y repisas de ropa. No hubo rastro de ella...
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Los que viven al otro lado
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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