No hay luz sin oscuridad, ni cielo sin infierno. Los ángeles no pueden ser idolatrados si las figuras demoníacas no representan el mal. Y en este balance de confusión peso mi corazón y decoro con amargas palabras mis labios, donde digo lo que no quiero decir y hablo sobre emociones que no deseo expresar. Conscientes somos los mortales de que el tiempo que nos ha sido entregado no es eterno, y aún así abrazo con fervor a la esperanza y me refugio entre sus brazos anhelando estar contigo para siempre, en la eterna inmortalidad.
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Eterna señora del tiempo
Un saludo.
Akasha Valentine Escritora y Poeta.
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